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Aspectos en común entre Barrio Seguro y Vecindario Seguro. Elaboración propia

Acciones contra la inseguridad en el Perú #2: Fusionar Barrio Seguro y Vecindario Seguro

Este es el segundo de una serie de artículos que buscan abrir un debate sobre propuestas de acción a implementarse para reducir y prevenir el crimen. Es importante publicar políticas, planes y otros documentos normativos, pero si estos instrumentos de gestión no se traducen en acciones, la seguridad no mejorará. 

Publicado: 2021-09-04


Empezando por sus nombres casi idénticos, Barrio Seguro y Vecindario Seguro son dos políticas tan complementarias que deben convertirse en una sola política integral. Si al MININTER y a la PNP les costó un tiempo distinguir entre ambas, para la opinión púbica es aún más difícil. Más de cuatro años después de publicado el DS 008-2017-IN que crea Barrio Seguro y tres de publicada la RM 498-2018-IN de Vecindario Seguro, es preciso optimizar la implementación de ambas pues, salvo gloriosas excepciones, han sido presas de la inercia, la inestabilidad o el desdén.

Barrio Seguro es una estrategia focalizada (en distritos y barrios de mayor criminalidad), preventiva (atendiendo factores de riesgo del crimen y la violencia), y multisectorial (trabaja con programas y servicios existentes de otros ministerios). Por su parte, Vecindario Seguro establece lineamientos policiales para todas las comisarías del Perú: divide sus jurisdicciones en territorios más pequeños llamados sectores, que responden a un jefe designado por el comisario y se distribuyen los recursos (como policías y vehículos) entre estos territorios. Como se observa en el gráfico al inicio de este artículo, ambas políticas comparten un enfoque de policía comunitaria a través del contacto ciudadano, el patrullaje en zonas críticas (o "hotspots") y los programas preventivos de la policía, además de la articulación con gobiernos locales. Visto desde Barrio, Vecindario es su brazo policial en los barrios focalizados. Visto desde Vecindario, Barrio prioriza territorios que, por su alta criminalidad, merecen más recursos policiales así como el apoyo adicional de programas preventivos de otros ministerio.

Varios problemas han impedido la correcta implementación de ambas políticas. En primer lugar, la PNP nunca se compró Barrio Seguro. En consecuencia, la policía no respeta la focalización, no asigna policías ni vehículos adicionales y no coordina con el articulador territorial que representa a la estrategia en el barrio. En segundo lugar, los programas y servicios de los ministerios que deberían aterrizar de forma focalizada en los barrios para atender factores de riesgo carecen de presupuestos ad hoc, por lo que los servicios llegan a cuentagotas y el MININTER vive mendigando el apoyo de los demás sectores. En tercer lugar, el patrullaje sectorizado en zonas críticas que auspicia Vecindario Seguro no se cumple del todo, sea por falta de recursos en la comisaría o de interés del comisario o de una cultura del patrullaje preventivo en la policía. Finalmente, ninguna de estas dos políticas ha sido debidamente evaluada, solo hubo pequeñas mediciones en algunos barrios que no son concluyentes, dejando en la incertidumbre si funcionan o no. Sin embargo, cualquier evaluación de impacto tendría importantes limitaciones porque no se puede asegurar que se han desarrollado con cierta rigurosidad y homogeneidad, con lineamientos y recursos suficientes, a lo largo del país.

Para evitar discrepancias y competencias entre dos políticas que, en realidad, son dos caras de una misma moneda, es preciso unificarlas en una sola política de prevención policial y multisectorial que pueda ser implementada, al menos, los próximos cinco años (podría llamarse, por ejemplo, "Bicentenario Seguro", evocando el tiempo en lugar del espacio). ¿Cómo fusionar Barrio Seguro y Vecindario Seguro?

1. La nueva política debe tener un solo líder que responda al ministro. Una premisa para unificar Barrio Seguro y Vecindario Seguro es que ambos tengan un mismo liderazgo con algún peso específico en el sector. En la actualidad, el jefe de Barrio Seguro es el Director General de Seguridad Ciudadana, según Decreto Supremo, pero se ha delegado está responsabilidad a directores, coordinadores o asesores según los antojos del jefe de turno. Por otra parte, el responsable de Vecindario Seguro es el Comandante General de la Policía quien tiene demasiadas tareas en su haber. Para nuestra propuesta, el jefe de la nueva política debe responder al Ministro y tener a su cargo la Secretaria Técnica de la Comisión Multisectorial Permanente creada para Barrio Seguro por DS 003-2018-IN (comisión a ser adoptada por la nueva política). Desde el MININTER, se continuarían las coordinaciones multisectoriales en distritos priorizados, como el monitoreo y la evaluación de la estrategia; mientras, la PNP saguiría a cargo del patrullaje, el contacto ciudadano y los programas preventivos que le corresponde. Finalmente, sería importante crear una comisión permanente de seguimiento dentro del sector Interior, facilitada por el jefe/secretario técnico, en donde participen el viceministro de seguridad pública para las acciones multisectoriales y el subcomandante general de la PNP para las policiales, pues este tiene a su cargo las jefaturas de región y las comisarías. En la práctica, las acciones policiales son el aporte del MININTER, como ministerio, a la política multisectorial.

2. En lugar de un barrio por distrito, focalizar varios sectores de las jurisdicciones policiales. Para empezar, urge actualizar la lista de distritos priorizados, elaborado mediante un índice que combina homicidios, victimización y procedencia de internos en penales. Esta lista no se ha actualizado desde el 2017, aunque los datos han cambiado, y se mantiene el número arbitrario de máximo 120 distritos. Al ser una política preventiva, estos criterios deben ampliarse, incluyendo datos de factores de riesgo: empleabilidad, deserción escolar, violencia doméstica, consumo de alcohol y drogas, entre otros. Para mayor rigurosidad técnica, la priorización de distritos debe estar a cargo de la Dirección General de Información para la Seguridad del MININTER. Además, dentro de cada distrito priorizado, en lugar de un "barrio" debería haber varios sectores (también pueden ser subsectores, que son medio sector, o cuadrantes, que son un cuarto de sector) a ser focalizados por el comisario con el apoyo técnico de la Dirección General de Seguridad Ciudadana (no al revés, como es ahora). Al igual que antes, las acciones policiales  del actual Vecindario Seguro seguirían dándose en todas las comisarías urbanas del país (las rurales deberían tener su propia política), otorgándose más recursos para los distritos priorizados y sectores focalizados por los comisarios. Debido a los recursos limitados, las acciones de los otros ministerios (como MIMP, MTPE, MINEDU, MINSA, entre otros) sí deberían darse, en cambio, solo en los distritos y sectores focalizados. El responsable de cada territorio focalizado sería el jefe de sector. Eso permitiría multiplicar el número de barrios o sectores, para que no haya uno solo por distrito.

3. Designar y entrenar a los "OPC" de las comisarías como articuladores territoriales. Desde los inicios de Barrio Seguro, los articuladores territoriales fueron contratados por la Dirección General de Seguridad Ciudadana, pero han venido trabajando en la precariedad, sin oficina en los barrios y con contratos por orden de servicio. Desafortunadamente, tampoco se dan hoy las condiciones para mejorar su situación dadas las limitaciones para contrataciones CAS y órdenes de mediano plazo. Así, lo más sensato sería trasladar esas responsabilidades a los OPC (policías a cargo de las oficinas de participación ciudadana de las comisarías). Es una idea consecuente, ya que era una costumbre convocar a OPC en retiro como articuladores territoriales, por su cercanía con los vecinos, su capacidad de coordinación con los comisarios y su experiencia en el terreno. Con el apoyo local del comisario en los CODISEC (Comités Distritales de Seguridad Ciudadana) y de la coordinación multisectorial de la Dirección General de Seguridad Ciudadana del MININTER, estos articuladores policiales estarían a cargo de acompañar los programas y servicios preventivos del Estado, así como la convocatoria de la comunidad para estos fines.

4. Medir el desempeño de las comisarías urbanas por el patrullaje en zonas críticas a través del SIPCOP, en lugar de otros indicadores. Se han dado avances importantes en la fiscalización de la labor policial a través del uso del SIPCOP: Sistema de Planificación y Control del Patrullaje Policial. (Incluso, el ministro José Elice tenía en su oficina una pantalla con el SIPCOP para el seguimiento a los patrulleros.) Está aplicación tecnológica que monitorea el lugar de los patrulleros y los ubica en el territorio con mapas de calor basados en indicadores criminológicos se ha ido complejizando con mayores capas de información, pero no ha logrado su meta más importante: que el patrullaje en todas las comisarías se realice de forma estratégica y preventiva en las zonas críticas, también llamadas "hotspots". La razón principal que encuentro es que no hay incentivos ni sanciones para cumplirlo. Durante un tiempo, se hizo una competencia para medir el mayor recorrido de los patrulleros en kilómetros, lo que resultaba un incentivo perverso que llevaba a transitar por cualquier parte y consumir más gasolina. El cumplimiento del patrullaje en lugares críticos según grado de criminalidad y de riesgo debería ser uno de los indicadores de desempeño más importantes de las comisarías y, por tanto, del comisario. Por supuesto, esto supone tres condiciones previas: contar con un mínimo de policías y vehículos por sector, contar con Internet para acceder al SIPCOP, y que este incorpore datos relevantes en los mapas de calor, que orientarán el patrullaje (más allá de las denuncias que, al ser tan pocas, es información espuria). Por último, esto viene acompañado del cumplimento del protocolo de aplicación de la policía comunitaria por sectores aprobada por Resolución de Comandancia General de la Policía 764-2019-CG PNP y la consecuente difusión y capacitación para su correcta implementación.

5. A mediano plazo, anclar las acciones preventivas de los ministerios a un programa presupuestal multisectorial de seguridad ciudadana. Nada de esto se hará realidad sin un presupuesto ad hoc. Si bien se cuenta con el Programa Presupuestal 030 (PP30) para la reducción de delitos y faltas, brindando recursos para el patrullaje policial y serenazgos, entre otros, los otros ministerios deben "raspar la olla" de sus propio presupuesto para llevar sus servicios a los barrios focalizados. Por lo tanto solo un Programa Presupuestal Multisectorial de Seguridad Ciudadana podrá asegurar presupuesto multisectorial para servicios que contribuyen con la prevención en los territorios focalizados, como lo son los programas de empleo para jóvenes, reducción de la deserción escolar, prevención de la violencia doméstica, atención de salud mental oportuna, entre otros. Para tal fin, se debería seguir el modelo del Programa Presupuestal Orientado a Resultados de Violencia contra la Mujer (PPoR), cuya creación fue liderada por el MEF durante la gestión anterior. El PP30 debería ser absorbido por este nuevo PPoR. La política que combina Vecindario Seguro y Barrio Seguro correspondería al componente preventivo de un PPoR de Seguridad Ciudadana, ya que otro componente podría articular PNP, Ministerio Público, Poder Judicial e, incluso, INPE para cumplir con los otros aspectos de la cadena que son investigación criminal y resocialización.

Otros aspectos por definir son el instrumento de gestión que resolvería la fusión de las dos políticas, los indicadores de monitoreo y evaluación del éxito de la política preventiva, y la articulación de estas acciones con las responsabilidades de los gobiernos locales con los COPROSEC y los CODISEC. Lo más importante es que no se pierda el espíritu preventivo, focalizado y multisectorial, así como la relevancia del patrullaje y las operaciones de la policía con la comunidad como son el contacto ciudadano y los programas preventivos. Estos últimos, sin embargo, también merecen una reingeniería para que no terminen estando a la deriva según el criterio de cada comisario y OPC.

Quiero agradecer al Coronel Isaac Candia, quien redactó Vecindario Seguro, por las extensas conversaciones que hemos tenido al respecto desde los tiempos que yo era parte del equipo que diseñó Barrio Seguro (lástima que no fuimos un sólo equipo desde el inicio). Agradezco también a Arturo Parra, con quien iniciamos en Barrio Seguro hace exactamente cinco años. Estas reflexiones son producto de la amistad que me une a ambos desde entonces.

El primer artículo de esta serie, sobre la reducción del acceso a armas de fuego, se puede leer haciendo clic sobre esta oración.

Escrito por

Elohim Monard

Peruano y amazónico. Profesional en temas de paz, seguridad y conflictos. Rotary Peace Fellow y embajador del Índice de Paz Global.


Publicado en

Tormenta Tropical

El título de este blog evoca un proyecto de mi padre, allá en la Amazonía donde nací. Aquí ordeno mis ideas públicamente.