#ElPerúQueQueremos

City Force INC

Se busca gestores de la ciudad

Publicado: 2018-05-07

Se aproximan las elecciones municipales y uno se pregunta si los candidatos, y sus equipos, serán capaces de gestionar nuestras ciudades. Hago énfasis en Lima, cuyo transporte ha colapsado, sus viviendas son frágiles ante cualquier desastre, y su expansión desborda desde hace décadas. Pero pienso también en varias ciudades del Perú que, en años recientes, han sufrido un proceso de urbanización acelerada, desorganizada y desigual: Arequipa, Trujillo y Chiclayo, con más de 500 mil habitantes; Iquitos, Piura y Cusco, que ya bordean esa cifra; y en muchas otras urbes que pronto las alcanzarán.  

Escuché una vez a Enrique Bonilla, director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Lima, decir que en el Perú se forman diseñadores y planificadores urbanos, pero no gestores urbanos, capaces de hacer que los planes se cumplan y se materialicen en la ciudad. Los gestores de la ciudad son, esencialmente, servidores públicos. Algunos de ellos tienen en sus hombros gerencias municipales que los hacen responsables de que las políticas urbanas se ejecuten. Ya quisiéramos, eso sí, que quienes hoy tienen nuestras ciudades en sus manos siquiera planifiquen y tengan objetivos claros. Lamentablemente, muchos gestionan al azar, si no en base a intereses privados.

A grandes rasgos, los gestores de la ciudad deben tener competencias para (re)pensar, diseñar y gerenciar las ciudades con el objetivo de facilitar el desarrollo y la convivencia de sus ciudadanos, asegurando una relación eficiente y sostenible con el entorno. Personas que pueden discutir, innovar y desarrollar políticas urbanas en temas tan diversos como movilidad y transporte, barrios y espacios públicos, seguridad ciudadana, cuidado del ambiente, vivienda y habitabilidad, desarrollo económico local, entre otros. Una combinación de conocimiento de políticas públicas, desarrollo sostenible, y gestión del territorio. No es poca cosa.

Existe un creciente caldo de cultivo para la formación de gestores de la ciudad. Según las estadísticas de SERVIR, en el Perú existen alrededor de 200 mil servidores públicos trabajando en municipalidades provinciales y distritales. La gran mayoría, sin embargo, no han sido entrenados para gestionar ciudades por el hecho de que no hay una oferta educativa así de específica. Mientras la mayoría de los programas formativos existentes hacen énfasis en políticas públicas de manera general y para el gobierno nacional, otros abordan el desarrollo urbano solo como un asunto arquitectónico o inmobiliario. Salvo sagradas excepciones, los que tratan la gestión territorial tienen un énfasis rural. No se combinan todas estas disciplinas para formar expertos que sepan cómo transformar las ciudades.

También hay una nueva generación que ve en la gestión de las ciudades un campo de desarrollo profesional y contribución con la sociedad. Mariana Alegre, de Lima Cómo Vamos, sostiene que los jóvenes de hoy conforman una “generación urbana”: ciudadanos que se involucran en los asuntos urbanos, exigen mejores servicios públicos y, en consecuencia, proponen políticas para mejorar la vida a nivel local. En simple, son jóvenes a quienes les preocupa, y ocupa, su ciudad. Algunos complementan sus estudios fuera del Perú. Becas como la Chevening, para posgrados en UK, tienen un importante número de estudiantes en temas urbanos. Sin embargo, aún son pocos para la demanda nacional especializada.

Ante esta situación, algunas universidades están asumiendo el reto de lo urbano. La Universidad de Lima, por ejemplo, da un paso importante organizando el Congreso Internacional “Comunicación, Ciudad y Espacios Públicos”, que reunirá, desde mañana, a 130 especialistas, de 30 países, con cerca de 1,000 asistentes. Su Laboratorio para la Ciudad, del que soy parte, organizará dos de las más de 30 sesiones paralelas: una sobre intervenciones urbanas ciudadanas y otra presentando los resultados de una encuesta sobre ciudad y espacios públicos realizada por el Instituto de Investigación Científica. Sus estudiantes verán que lo urbano no se agota en el cemento, sino que requiere una reflexión sobre la comunidad. La Universidad de Lima responde así a la ciudad que le da el nombre.

Para algunos podría quedar poco claro el papel de la comunicación en la gestión de la ciudad. Hay varias aristas, pero quiero subrayar que exige dialogar y llegar a acuerdos. Para Gary Hack, quien fuera decano de la Escuela de Diseño de la Universidad de Pennsylvania, supone un conjunto de negociaciones permanentes donde las autoridades y funcionarios tratan de incrementar los beneficios públicos de los proyectos, las empresas vinculadas al desarrollo urbano buscan reducir sus costos, y los residentes de la ciudad demandan tener la mejor calidad de vida posible. Gestionar la ciudad es, por tanto, un proceso político en donde participan intereses diversos. No olvidemos que, en el ideal de Jürgen Habermas, la esfera pública urbana concentra el debate democrático, abierto e inclusivo.

En resumen, hay un campo fértil para la formación y el desarrollo de gestores de la ciudad, algunos de los cuales ya están en municipalidades, mientras otros están ávidos por solucionar los asuntos urbanos. Urge un perfil de profesionales que haga que los cambios sucedan para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Además de visión y buenas intenciones, este perfil combina habilidades para la gestión pública, el desarrollo urbano sostenible, así como comunicarse con las distintas partes de una ciudad. Ni qué decir de extirpar las garras de la corrupción que ha capturado las municipalidades. En un contexto electoral que advierte más de diez candidatos solo para Lima, con sus respectivos equipos, es preciso volver a interrogarnos, ¿quién gestionará nuestra ciudad?

Universidad de Lima


Escrito por

Elohim Monard

Peruano y amazónico. Profesional en temas de paz, seguridad y conflictos. Rotary Peace Fellow y embajador del Índice de Paz Global.


Publicado en

Tormenta Tropical

El título de este blog evoca un proyecto de mi padre, allá en la Amazonía donde nací. Aquí ordeno mis ideas públicamente.